Revista Salud y Bienestar

Santos sanadores

Por Jas

 Santos sanadores


Es probable que para Ud., quien me lee, sea esta la primera vez que escucha el término "hagioterapia", al menos así es en mi caso: ya que hoy leí por vez primera esta palabreja, también su significado: la curación a través de los Santos. 

Muchos son los Santos que ayudaron y a los que se sigue rogando intercesión, en casos de enfermedad grave. Las más de las veces, se les viene considerando como especialistas en una materia en la que ellos mismos tuvieron una experiencia similar previa. De entre todos ellos, bien pueden ser destacados, por más señalados, los siguientes: 

-. San Vito: epilepsia. 
Por otra parte, lo que se ha dado en llamar siempre "Baile de San Vito", es una enfermedad sorprendente, que no llegó a catalogarse convenientemente, por su súbita desaparición. 
-. San Peregrino Laziosi (siglos XIII-XIV): protector contra las enfermedades crónicas, el cáncer, el SIDA y otras patologías graves.  
Tras pasar una noche de oración, este Santo fue curado mientras dormía, de un cáncer que se había detectado en un pie. 

-. Santa Catalina de Suecia: en los casos en los que exista riesgo de aborto. 

-. Santa Lucía: es la protectora de la vista.  Durante su martirio le sacaron los ojos. Su nombre, curiosamente, significa Luz.  

Se la suele representar con un platillo, llevando sus propios ojos. 

-. Santa Rita: es la santa de los casos imposibles y desesperados.  Fue una famosa monja agustina, del siglo XV.  Se dice que sanó a muchos enfermos de males terribles. 

-. Cosme y Damián: invocados para sanar todo tipo de males. Son patronos de los médicos, particularmente de los cirujanos, de los farmacéuticos y de los barberos. 
Fueron dos hermanos gemelos nacidos en Arabia. Se dedicaron al cuidado de los enfermos después de estudiar el arte médico en Siria.  No cobraban a sus pacientes, aunque sus atenciones fueron su instrumento de apostolado.  
Durante el reinado del emperador Diocleciano, quizá en el año 303, el gobernador romano les hizo decapitar.  
-. San Rafael: A menudo representado con un frasco de medicinas, es el patrón de parejas jóvenes, novios, cónyuges, pero también de ciegos, enfermos mentales, farmacéuticos y oftalmólogos. 
Considerado el ángel de la curación divina, el evangelista Juan lo cita en el episodio en el que Jesús está en la piscina de Bethesda: “Porque un ángel del Señor descendía de vez en cuando al estanque y agitaba el agua; y el primero que descendía al estanque después del movimiento del agua, quedaba curado de cualquier enfermedad que tuviera”
Su nombre significa "es Dios quien sana" o "Dios cura".  
-. Santa Águeda: debido a su martirio es considerada la protectora de las mujeres que sufren de patologías mamarias, así como de las niñeras. Patrona de Catania, vivió en el siglo III. 
El procónsul Quinziano, encargado de obligar a los cristianos de Catania a renunciar a su fe, se enamoró de ella. Ante su negativa fue encerrada en prisión y sometida a una tortura indescriptible, incluido el corte de los senos con pinzas. 
-. Santiago el Mayor: invocado contra la artritis y el reumatismo. Santiago fue uno de los doce apóstoles, de los que fue el primero en conocer el martirio, por voluntad de Herodes Agripa I. Sus restos fueron llevados a las costas de la Galicia en un lugar posteriormente llamado campus stellae, “campo de la estrella”
Se trata de Santiago de Compostela, uno de los tres principales destinos de peregrinación de la Cristiandad. 
-. San Roque de Montpellier: desde que hoy la peste ya no está extendida, el patronato de San Roque se ha traspasado a otras enfermedades, como la lepra, el cólera, el VIH y en general todas las enfermedades contagiosas. 
Fue el santo más invocado en la edad media, con motivo de las epidemias de peste que azotaron Europa durante siglos. Sigue siendo el patrón de los infectados, los apestados, los enfermos, pero también de los marginados, los viandantes, así como los trabajadores de la salud y los farmacéuticos.  
-. San Sebastián: peste y epidemias en general.  Alto oficial del ejército imperial, conoció el martirio de manos de sus propios soldados, quienes primero lo traspasaron con flechas y lanzas, por orden de Diocleciano, y luego, después de curado milagrosamente de sus heridas, lo azotaron hasta la muerte.  
Siempre querido por las Cofradías de la Misericordia, debe su culto a la fama de socorredor de las personas que sufren. 

-. Santa Rosalía de Palermo: peste y epidemias. Vivió en Palermo en el siglo XII. Se dice que salvó a la ciudad de la peste que la azotó en 1624. Sus reliquias fueron llevadas a la ciudad, donde erradicaron la enfermedad.  

-. San Juan Bosco: epidemias. San Juan Bosco jugó un papel importante en la epidemia de cólera que estalló en Turín en 1854. Cuando nadie quería ayudar a los enfermos y transportarlos al Lazareto, Don Bosco reunió a sus muchachos y les prometió que, si ayudaban, ninguno de ellos saldría contagiado. Y así fue... 

-. San José Moscati: epidemias. San José Moscati, apodado el médico de los pobres, también jugó un papel importante durante la epidemia de cólera que azotó Nápoles en 1911. 

-. San Antonio Abad:  a lo largo de los siglos ha sido invocado contra la peste, como San Sebastián y San Roque. 
San Antonio Abad no es solamente protector de las mascotas. Suya es la capacidad taumatúrgica de curar el «fuego de San Antonio», una forma muy grave de herpes. 

-. San Miguel Arcángel: se apareció al obispo de Monte Sant’ Angelo, en Apulia, y le dio instrucciones para erradicar la peste en 1656.  Anteriormente, logró algo similar en el año 590 ddC. 

-. La Virgen de la Salud: fue invocada por el gobierno de la República, durante la gran epidemia de peste bubónica que azotó a todo el norte de Italia entre 1630 y 1631,  con una procesión solemne de oración que duró tres días y tres noches. A las pocas semanas, la epidemia comenzó a amainar hasta desaparecer.  
Desde entonces, los venecianos repiten todos los años la procesión, en honor de la Virgen de la Salud. 

-. San Acacio: dolores de cabeza. 

-. Santa Bárbara: fiebre y muerte súbita. 

-. San Blas de Sebaste: para los dolores de garganta y problemas respiratorios.  Fue médico. Por cuanto dije, se deduce que sea patrón de los otorrinolaringólogos. 

-. San Cristóbal Mártir: protege de la muerte repentina y de la peste. Sufrió la misma forma de martirio de San Sebastián, golpeado por flechas que, sin embargo y milagrosamente, rebotaban en su cuerpo.  

-. San Denis: dolores de cabeza y epilepsia.  Fue Obispo de París.  Tras ser decapitado en Montmartre (traducido: monte de los mártires), cogió su cabeza y anduvo hacia el norte, hasta llegar al lugar, situado a 6 kms, en el que se levantó la catedral de San Denís, en la ciudad homónima. 

-. San Foutin: gran popularidad e intensa devoción la que despertó en su época el primer obispo de Lyon, quien subió a los altares por su milagrosa capacidad de curar la impotencia masculina, logrando la fertilidad de las mujeres. 
Las imágenes del santo tenían un orificio a la altura de los genitales, por el que se introducía una estaba labrada, en forma de miembro viril, del que las mujeres extraían virutas de las que hacían infusiones. Esta tradición continuó hasta bien entrado el siglo XVIII. 
 Otros 
-. San Ciriaco: epilepsia. 
-. San Erasmo: enfermedades intestinales. 
-. San Eustaquio: situaciones difíciles. 
-. San Jorge: enfermedades de los animales domésticos. 
-. San Gil: peste y epilepsia. 
-. Santa Margarita: partos. 
-. San Pantaleón: dolores de cabeza y tisis. 
-. San Drogón: depresión. 
-. San María Rafael Arnáiz Barón: diabetes. 
-. San Timoteo: enfermedades del estómago. 
-. San Conrado de Piacenza: hernias. 
-. San Fiacrio: hemorroides.

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