Revista Solidaridad

Paseos por la intervención social (I)

Por Pcelimendiz

El devenir de la intervención social en los últimos tiempos se ha caracterizado por una gran complejidad y el fracaso de muchos de los procesos a través de los cuales se pretendía dar solución a diversas problemáticas individuales, familiares, grupales o colectivas.


Paseos por la intervención social (I)En las próximas entradas voy a hablar de eso que conocemos por intervención social, con el ánimo de reflexionar sobre algunos aspectos de la misma y que creo que se encuentran detrás de muchos de esos fracasos de los que hablo.
Comenzaremos por el principio y hablaremos del liderazgo en la intervención psicosocial. Daremos un paso atrás e intentaremos ver a qué nos referimos con el concepto de intervención social o psicosocial. Y terminaremos con algunos conceptos como diagnóstico social, profesional de referencia y prescripción social. Por el camino nos encontraremos con lo que considero dos amenazas: lo que he denominado hiperespecialización y lo que he dado en llamar hipercientifismo.
Así que si os apetece el menú, podéis seguir leyendo. Os aviso que voy a utilizar un lenguaje más divulgativo que académico. Creo que con la misma profundidad y seriedad, lo que perdamos en referencias lo ganaremos en ligereza.
DEL LIDERAZGO EN LA INTERVENCIÓN SOCIAL
Estoy convencido de que el Trabajo Social es la disciplina indicada para asumir el liderazgo de los procesos de intervención social, que si se realizan sin una dirección adecuada, lejos de solucionar las problemáticas que pretenden atender, las cronifican o empeoran.
Ante una problemática social de cierta complejidad (y es redundar en que todas lo son), es necesaria la intervención de toda una red de profesionales e instituciones formales de diferentes sistemas, en coordinación con una multiplicidad de actores en los ámbitos familiares y social.
Pero esta conjunción de fuerzas, por sí misma, no significa nada. La mera suma de las mismas no hace que la intervención social sea eficaz y que la problemática se solucione. Se requiere de una coordinación de las mismas, que se trabaje en la misma dirección y que se acuerden las estrategias más adecuadas.
Si no, la intervención social es una orquesta desafinada o un motor que chirría. Hace falta alguien que la dirija para que suene bien la melodía o alguien que le eche aceite para que todo ruede correctamente.
Esta función de liderazgo imprescindible para el correcto desarrollo de la intervención social corresponde al Trabajo Social y sin embargo, parece que hemos abdicado de la misma.
No profundizaremos ahora en las razones que han llevado a ello. Sin duda hay razones intrinsecas a nuestra profesión, enlazadas intimamente con multitud de factores ajenos a ella, sobre las que deberíamos hacer una reflexión seria. Tal vez en otro momento lo hagamos en este blog, aunque es un tema que ya hemos apuntado en otras ocasiones. Mientras, nos quedaremos con la constatación de que el Trabajo Social no realiza dicha función y que la mayoría de las intervenciones sociales están caracterizadas por una crónica descoordinación, la ausencia de diagnósticos compartidos y la multiplicidad de estrategias frecuentemente contradictorias.
A diferencia por ejemplo de los problemas médicos, donde, aún participando múltiples intervinientes, éstos suelen estar concentrados en unos contextos limitados con los que se relaciona el paciente, en lo social la diversidad de las fuerzas implicadas crece exponencialmente con el paso del tiempo, apareciendo progresivamente más y más actores, cada uno con su diagnóstico y estrategias.
Paseos por la intervención social (I)Ante un problema social (el maltrato a unos niños, la violencia contra una mujer, las dificultades de alojamiento de una familia o de un dependiente...) la cantidad de personas e instituciones que se sienten legitimadas para opinar acerca de lo que está pasando y para realizar propuestas para solucionarlo, cuando no para intervenir directamente, es elevadísima.
Todo el mundo sabe qué hay que hacer, cuando hay que hacerlo y emite juicios sobre lo que han hecho o no otros profesionales o instituciones. La persona, familia, o grupos de éstas afectados por el problema comienzan a recibir múltiples opiniones, propuestas e indicaciones que en el mejor de los casos son bienintencionadas pero en muchos otros están supeditadas a diversos juegos de poder y agendas ocultas entre los intervinientes.
Wang me comenta que en su país tienen un proverbio que resume muy bien lo que queremos decir: "Cuando varios se ponen a caminar juntos, uno tiene decidir hacia donde van".

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