Revista Cultura y Ocio

Opinión de «Cómo matar a tu familia» de Bella Mackie

Por Miss_cultura @miss_cultura
Opinión de «Cómo matar a tu familia» de Bella Mackie
Cuando Grace Bernard descubre que el padre millonario que la abandonó ha ignorado las llamadas de auxilio de su madre moribunda, jura venganza y se propone matar a todos los miembros de su acaudalada familia. Así que hace una lista de nombres y, decidida a tacharlos todos, se lanza en una misión despiadada para hacer justicia y convertirse en la única heredera de la fortuna de los Artemis. Su plan es perfecto y confía en salirse con la suya sin mayores problemas, pero siempre hay variables que una no puede controlar... sobre todo cuando hablamos de matar.
· Traducción de Laura Vidal.

La primera sorpresa de esta novela me la encontré en el prólogo. Nuestra protagonista y narradora está en la cárcel. Pero no por la razón que cualquier lector que acaba de llegar al libro podría pensar. No. Grace mató a seis miembros de su familia, pero fue encarcelada acusada de un delito que no cometió. El karma, supongo. O no. Que Grace no cree en esas cosas. Ni yo tampoco.

La trama de Cómo matar a tu familia puede resumirse con bastante facilidad. La madre de Grace se quedó embarazada de un hombre rico que no quiso saber nada de ella ni de la niña, pues ya tenía una familia "socialmente aceptable" a la que no pensaba renunciar. Grace creció con su madre hasta que esta murió. Después, pasó por un par de hogares hasta que fue lo bastante mayor como para buscar trabajo y alquilar un piso en Londres. Mientras tanto... planeó su venganza contra la familia Artemis. Esa familia que acaparaba titulares en la prensa económica y de sociedad, pero que había negado ayuda a una mujer enferma que solo quería asegurar el futuro de su hija. Grace estaba decidida a vengar a su madre: mataría a todos los miembros de la familia de su padre, se iría de rositas sin que nadie jamás sospechase de ella y se quedaría con su herencia. Un plan sin fisuras.

La estructura de la narración alterna tres tiempos diferentes.

Por un lado tenemos a la Grace del presente. Mientras lidia con la rutina de la vida en la cárcel y con su compañera de celda que adora la cháchara, ha empezado a escribir sus memorias, aprovechando el tiempo que le queda hasta que, si todo va bien, anulen su condena y sea libre para recuperar su vida.

Mientras escribe sobre ello, nosotros leemos el proceso que siguió Grace para cometer cada uno de los asesinatos que guarda en su historial criminal secreto. Pero no se limita a explicarnos cómo fue el hecho en sí, sino que nos presenta a cada una de las víctimas, dándonos datos sobre ellos que "justifiquen" lo necesario que era que abandonasen este mundo y cómo aprovechó todo lo que sabía de ellos para que sus finales resultasen lo más "poéticos" e irónicos posible.

Por último, retrocedemos hasta la infancia de Grace para conocerla mejor como persona. Nos colamos en el pequeño estudio en el que vivía con su madre, asistimos con ella a sus tiempos de estudiante, vemos crecer la relación con su mejor amigo Jimmy, la acompañamos a su primer día de trabajo... en fin, la vemos crecer y hacer vida normal, superando un bache tras otro. Pero también somos testigos de cómo surge la semilla del plan de acabar con la familia Artemis y como la enrevesada mente de Grace lo fue desarrollando desde la más tierna preadolescencia, hasta que se encontró lista para ponerlo en práctica.

Como digo, estos tres tiempos se van alternando, lo que me parece un recurso maravilloso, pues Bella Mackie nos va dando la información en las dosis que le va interesando, dejando pequeños cebos e introduciendo pequeñas historias relacionadas con la víctima a la que le ha llegado el turno de morir en cada momento. Gracias a esto, la novela se convierte en una lectura de lo más adictiva que, a pesar de tener los capítulos muy largos (cosa que a mí no me gusta demasiado), me picaba a seguir pasando páginas y a retomarla cada minuto que tenía libre.

Como narradora, Grace es una joya. La frialdad, el temple, el sarcasmo y el desparpajo con el que cuenta sus planes y los justifica consiguió atraparme por completo y hacerme reír, a pesar de que la trama en sí es terrorífica. Me recordó mucho al humor oscuro británico propio de series como Sick Note. Yo reconozco que tengo un sentido del humor un poco extraño, pero me lo he pasado pipa con las descripciones, las ocurrencias, las reflexiones y las salidas de tono de Grace.

También quiero hacer una mención al gran trabajo de, Laura Vidal, la traductora a la hora de conservar el sarcasmo y el humor de la narradora en español.

Hasta la página 344 estaba convencidísima de que Cómo matar a tu familia iba a estar entre mis mejores lecturas del año (quizá aún esté, no lo sé). De hecho, estaba sufriendo porque no quería terminarlo, porque lo estaba disfrutando una barbaridad. Es que me lo he pasado genial con Grace.

Por desgracia, los últimos capítulos me dejaron un sabor agridulce. Si hubieran estado salteados por la parte central, quizá ni les habría dado importancia, pero al ser justo al final, la verdad es que me quedé un poco triste. No solo porque el giro de trama no me convenciese, sino sobre todo por el narrador que toma la palabra durante esas últimas páginas. Venía de leer a Grace, que desborda carisma, franqueza y sarcasmo... y de repente me plantan a un narrador aburrido, lento, pedante, que se lía con su propia historia y sospecho que se aburre hasta a sí mismo. Después de haber devorado 340 páginas, las últimas 50 me costó acabarlas. Ya digo que la opinión general del libro no cambia tanto, peo sí que me dio pena y rabia que la última impresión antes de cerrarlo me dejara tan fría.

Pero bueno. Quedémonos con lo bueno. Con el contraste entre la oscuridad de la trama y lo desternillante de la narración. Con la narradora brillante y carismática. Con que Cómo matar a tu familia ha sido una lectura original, sorprendente y enrevesada que me mantuvo atrapada, fascinada e hizo que me lo pasara genial mientras leía.

¡Espero nuevas historias de esta autora con muchas ganas!

- Opinión de Inés Díaz Arriero -


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