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La Historia del Récord de Home-Runs en una Temporada

Publicado el 07 marzo 2013 por Davidmaldini @ConDdeDeporte

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Para los amantes del béisbol, el home-run, o cuadrangular en el lenguaje beisbolista latino, es la mayor hazaña que se puede observar en un partido. Si bien, no es la única manera de anotar, sí es la más sorprendente y la más vistosa. Se corresponde con el hecho de golpear la pelota con el bate de manera que el vuelo de ésta sobrepase la circunferencia del estadio y vaya a parar a las gradas del mismo donde los hinchas enfervorizados la atraparían cual trofeo y celebrarían la anotación o anotaciones de su equipo. A lo largo de la historia de este deporte se ha dado una férrea competencia entre los jugadores por conseguir el mayor número de home-runs en una misma temporada, que suele constar de más de una centena de partidos, con lo que las posibilidades de agrandar la cifra son numerosas, si bien hay que tener la habilidad y la fuerza para conseguirlo. Hecha esta introducción prosigo a relatar la historia de aquellos deportistas que han conseguido imponer su sello en la historia del béisbol al implantar una cifra récord de los mismos.

El primero en conseguir el récord de más home-runs anotados en una temporada lo lograría aquel que consiguiera mayor número de cuadrangulares en la primera temporada de la liga en 1876. Este no sería otro que George Hall de los Philadelphia Athletics. Hall lograría un total de 5 home-runs en 70 partidos, que eran los que se jugaban en ese año y que irían aumentando de forma progresiva. Aunque la cifra pueda parecer un tanto escasa, hay que tener en cuenta que en ese tiempo las reglas en el béisbol no estaban del todo claras. Así, dependiendo de las dimensiones de determinados estadios, a veces mandar la pelota a las gradas no se consideraba un home-run, sino un ground-rule double, o doblete designado, esto es, la decisión por la cual, a pesar de que el corredor no podía ser eliminado, por no estar físicamente presente la pelota en el campo, no se le permitía avanzar más allá de la segunda base. Tres años después, Charlie Jones de los Boston Red Stockings conseguiría batir el récord de Hall logrando 9 cuadrangulares en una liga de más partidos, esta vez 84. Cuatro años más tarde, Harrey Stovie de los Philadelphia Athletics conseguía la cifra de 14 home-runs en 98 partidos, superando la marca de Jones.

Al año siguiente, en 1884, Ned Williamson de los Chicago White Stockings aprovecharía el cambio de normativa en su estadio local para alcanzar la marca de 27 home-runs en 112 partidos. En el Lakeshore Park mandar el balón fuera del estadio anteriormente se consideraba ground-rule double, pero a partir de ese año pasaría a considerarse home-run. Esta normativa era especialmente trascendente teniendo en cuenta que las dimensiones de la lejanía de las vallas del nombrado Lakeshore Park eran menores que las dimensiones de la lejanía de las vallas del resto de estadios de la Liga. No en vano al año siguiente los Chicago White Stockings debieron trasladarse al South Side Park para evitar polémicas. Para hacernos una idea de la ventaja que esto concedía, basta recalcar que muchos de los compañeros de equipo de Williamson también rondaron la veintena de home-runs en esa temporada. De los 27 cuadrangulares que Williamson conectó, 25 de ellos los hizo en su propio estadio y tan solo dos los logró a domicilio. Por esta razón, muchos aficionados consideraron más loable la actuación de otros beisbolistas durante los años posteriores a la cifra de Williamson, como fueron por ejemplo Buck Freeman en 1899, consiguiendo 25 home-runs para los Washington Senators y Gavvy Cravath, que conectó un total de 24 home-runs para los Philadelphia Pillies en 1915.

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A continuación aparecería la figura del hombre de la imagen, que no es otro que Babe Ruth. En Con D de Deporte ya hablamos de este beisbolista que marcó un antes y un después en la historia de este deporte en el artículo La Maldición de Babe Ruth. Sin embargo, son dignos de recordar aquí algunos de sus logros. En el año 1919, vistiendo todavía la camiseta de los Boston Red Sox, Ruth lograría batir el récord de Ned Williamson estableciendo una marca de 29 home-runs en un total de 140 partidos. A pesar de conseguir esta cifra y batir el récord, hay que mencionar que Babe Ruth ejercía en ocasiones de lanzador, con lo cual tuvo muchas menos oportunidades de batear que si hubiese actuado únicamente como jugador de campo. Sin embargo, esto no impidió al propio Ruth no sólo batir esta marca, sino conseguir un home-runs en cada uno de los estadios de sus rivales, algo jamás conseguido con anterioridad. Por otra parte, Ruth conseguiría más home-runs que 10 equipos de la liga contabilizando todos sus jugadores. Gavvy Cravath, al que hemos nombrado anteriormente, fue el segundo en home-runs esa temporada consiguiendo 12, 17 menos que los conectados por Babe Ruth.

Babe Ruth sería traspasado a los New York Yankees y su leyenda no haría sino aumentar con unos números que se consideraban de ciencia ficción. En su primera temporada en los Yankees, Babe Ruth conectó la impresionante cantidad de 54 home-runs en 154 partidos. Ruth aprovechó la cercanía de las vallas del estadio Polo Grounds, donde disputaba sus partidos como local para conseguir un total de 29 cuadrangulares tan sólo en ese estadio, que, unidos a los 26 que consiguió como visitante, aplastaría su propia cifra de home-runs conseguidos en su etapa en los Red Sox. Babe Ruth, no conforme con este logro, volvería al año siguiente con renovadas fuerzas para, una vez más, hacer historia y conseguir superar su propia marca. En esta ocasión conseguiría un total de 59 home-runs en 154 partidos. Tras varios años sin conseguir superar su marca, Babe Ruth establecería en 1927 la que sería su mejor marca de cuadrangulares y un récord que permanecería sin romperse durante muchos años. Ruth conectaría la cifra redonda de 60 home-runs en una temporada, 154 partidos, y conseguiría más cuadrangulares que todo el resto de equipos de la liga americana, contabilizando todos sus jugadores. La diferencia con respecto del segundo máximo realizador de esta especialidad sería de 13 home-runs, ya que su compañero de equipo Lou Gehrig conseguiría también una cifra muy buena, 47 cuadrangulares en 154 partidos, aunque esta cifra estaba por debajo de la de Ruth.

Pasarían muchos años y muchos grandes jugadores para que alguien consiguiese batir el récord establecido por Babe Ruth. Nombres célebres como Jimmie Fox, de los Philadelphia Athletics o Hank Greenberg, de los Detroit Tigers, amenazarían con batir el récord de Ruth al conseguir 58 home-runs en 1932 y 1938 respectivamente, pero se conformarían con esa cifra. No sería sino hasta el año 1961 que Roger Maris y Mickey Mantle, dos veteranos jugadores de los New York Yankees, denominados los chicos M&M, en alusión a sus iniciales de apellidos y a las famosas chocolatinas, pusiesen en verdadero peligro la cifra de cuadrangulares conseguida por Babe Ruth. Al mantener un férreo duelo entre ambos, se espoleaban para dar más de sí y conseguir un mayor número de home-runs. Sin embargo, faltando poco para terminar la temporada, Mickey Mantle tendría que desistir de continuar la batalla deportiva al sufrir una lesión y se quedaría en un total de 54 cuadrangulares. Eso no minó el rendimiento de Maris, sino al contrario, pareció darle más fuerzas, como si entonces batease también en nombre de su compañero y amigo. Así las cosas, Maris llegaría a superar el récord de Babe Ruth conectando un total de 61 home-runs, uno más que su antecesor. Sin embargo, la liga había ampliado el número de partidos que se disputaban a 162, por lo que hubo quien consideraba que esta hazaña no superaba la de Ruth.

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Una vez más pasarían muchos años y muchos beisbolistas para intentar cuando menos poner en riesgo este récord. La década de los 90 sería la que más amenazas le trajese. En 1994, cierto número de jugadores se vieron inmersos en un buen ritmo de consecución de home-runs y se pensaba que podían llegar a batir la cifra de Maris. Eran Matt Williams, de los San Francisco Giants y Ken Griffey Jr., de los Seattle Mariners. Sin embargo, una huelga por parte de los jugadores dio por finalizada la temporada y se dejaron de disputar alrededor de sesenta partidos que le restaban a la liga, así como la postemporada, dejando a ambos fuera de la persecución finalizando dicha campaña con una cifra de 43 cuadrangulares para Williams y 40 para Ken Griffey Jr. En 1997, el propio Ken Griffey Jr. libraría una nueva batalla deportiva por romper el récord, esta vez con Mark McGwire, jugador portentoso de los Oakland Athletics, que a mitad de temporada sería traspasado a los St. Louis Cardinals. Las cifras de ambos a principios de temporada pronosticaban que alcanzarían los 61 home-runs conseguidos por Maris, pero estos se quedarían finalmente en 58 cuadrangulares conseguidos por McGwire, contra los 56 alcanzados por Griffey Jr.

Al año siguiente se pronosticaba un nuevo duelo entre ambos que consiguiese finalmente derrocar el reinado de la marca alcanzada por Maris. A principios de temporada, las cifras de McGwire eran impresionantes. Bateando 16 home-runs en un solo mes, McGwire alcanzaba los 27 en los dos primeros meses de competición, por delante de los 19 que llevaba Griffey Jr. Sin embargo, en el mes de junio un nuevo perseguidor se unió a la competencia. Conectando 20 cuadrangulares tan solo en el mes de junio, lo que suponía un récord de home-runs en un solo mes, el dominicano Sammy Sosa de los Chicago Cubs alcanzaba los 33 home-runs, empatando en ese momento la cifra que llevaba Griffey Jr. y a tan solo 4 de McGwire. Esta persecución por el récord de Roger Maris entre los tres grandes beisbolistas atrajo la atención de muchos espectadores, tanto jóvenes que no habían tenido mucho interés por el beisbol anteriormente, como de aficionados mayores que habían perdido interés en este deporte debido a la huelga de hacía cuatro años.

Al llegar a finales de temporada, el ritmo impuesto por Sosa y McGwire no pudo ser seguido por Griffey Jr., quien se tuvo que conformar con una cifra final de cuadrangulares de 47. Sosa y McGwire se vieron enfrascados en un mano a mano que llegó a liderar momentáneamente Sosa con 56 home-runs, por 55 de McGwire entrando en el mes de septiembre. Sin embargo, McGwire conectaría cuatro cuadrangulares en sus dos primeros partidos de septiembre, situando el contador en 59 contra 55. Al día siguiente, se situaría en la histórica cifra de 60 home-runs, que tanto tiempo había sido considerada un hito tras conseguirla Babe Ruth, y acapararía la atención de todos los aficionados del béisbol que veían inminente la consecución del récord por McGwire. Este no defraudó. El 7 de septiembre de 1998, McGwire conectaba un home-runs de 430 yardas para alcanzar la cifra del récord de Roger Maris y, no contento con eso, el 8 de septiembre de 1998, en un duelo contra los Chicago Cubs, equipo de Sosa, McGwire volvía a hacer caja y alcanzaba la cifra de 62 home-runs, esta vez con uno de 341 yardas, rompiendo finalmente el récord de Maris. Sin embargo, después de romper el record, el ritmo de McGwire remitió, lo que permitió a Sosa darle caza y conectar 62 cuadrangulares. En el último partido de la temporada ambos llevaban la cifra de 65 y parecía que no avanzarían más. Sin embargo, Sosa conectaría uno más en su último partido para dejar su contador en 66. Le tocaba el turno a McGwire. En una gran exhibición, este conectaría nada menos que cinco home-runs ante cinco pitchers diferentes, parando su contador de cuadrangulares y por ende el récord histórico en 70.

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Al año siguiente, Sosa y McGwire reeditarían su duelo por conseguir el mayor número de home-runs y quizás romper el récord una vez más. Al finalizar la temporada sus cifras serían una vez más escandalosas, superando el número de cuadrangulares conectados por Maris y Babe Ruth. Sin embargo, ya no consiguieron romper el récord establecido el año anterior y su persecución no tuvo la misma atracción. Finalmente, Sosa conectó un total de 63 home-runs, 3 menos que su marca del año pasado, y McGwire 66, 4 menos. Al año siguiente, McGwire sufrió una lesión que le dejaría fuera durante toda la temporada y que a la postre acabaría por forzarle a retirarse, mientras que Sosa, aunque se mantuvo a buen nivel, no estuvo como en las temporadas anteriores y se tuvo que conformar con la cifra de 50 cuadrangulares, eso sí, fue el máximo realizador de la liga. El segundo máximo realizador de la liga ese año sería Barry Bonds, bateador californiano de raza negra de los San Francisco Giants, que había trascendido por sus impresionantes números al bate, pero que sin embargo no había destacado por su número de home-runs, que aunque siendo bastante bueno, no se había aproximado al de McGwire o Sosa. En esta ocasión fue segundo de la liga con un total de 49 cuadrangulares.

El año 2001 sería el año definitivo para la historia del récord de más home-runs en una temporada. Tras el retiro de McGwire por sus problemas con las lesiones, se preveía una lucha deportiva entre Sosa y Bonds, pero no se esperaba que el récord de McGwire pudiera llegar a ser batido, puesto que la cifra de 70 cuadrangulares se consideraba estratosférica. Sin embargo, las actuaciones de Bonds ya desde el principio de la liga presagiaban unos muy buenos números en cuanto a home-runs se refiere. En los primeros 50 partidos de la liga regular, Bonds conectó 28 cuadrangulares, promediando más de uno cada dos partidos. A mitad de temporada, Bonds ya llevaba 39 cuadrangulares, lo que hacía presagiar una más que posible amenaza al récord establecido tres años antes por McGwire. Con Sosa siguiéndole los talones, quien finalmente terminaría con 64 home-runs, siendo el único en la historia en tener tres temporadas con más de 60 cuadrangulares, Bonds alcanzaría la cifra de 73 home-runs y superaría el récord de Mark McGwire para convertirse en el jugador con más cuadrangulares en una sola temporada en toda la historia. El último de ellos fue conseguido el 8 de octubre de 2001 y la pelota con la que lo consiguió fue vendida a un coleccionista por valor de 450.000 dólares. Sin embargo, la mala relación de Bonds con la prensa y los ataques a las Torres Gemelas del 11 de septiembre de ese año mermaron el efecto mediático de esta hazaña.

Tras retirarse McGwire y más tarde Barry Bonds, ambos se vieron inmersos en procesos que les acusaban de doparse durante las temporadas en las que consiguieron sus impresionantes cifras. Por su parte, McGwire reconocería haber hecho uso de ciertas sustancias prohibidas que mejoraban su rendimiento. En cuanto a Bonds, este en un principio negó haber consumido este tipo de sustancias, y sin embargo, posteriormente admitiría su uso y sería juzgado tanto por consumo de las mismas como por haber mentido ante un tribunal estatal. Por estas razones, se encuentran en entredicho los registros conseguidos por ambos jugadores, si bien se siguen considerando como marcas válidas por ahora. Este escándalo les privó a ambos de acceder al Salón de la Fama a pesar de sus impresionantes registros en cuanto a cuadrangulares se refiere.

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ANDER JAVIER AGUIRRE CARRIÓN


La Historia del Récord de Home-Runs en una Temporada

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