Revista Opinión

El enigma de las emisoras de números

Publicado el 26 octubre 2014 por Miguel García Vega @in_albis68

6,7,4,8 (pausa) 6,7,4,8 (pausa) 2,8,7,2 (pausa) 2,8,7,2 …. Eres radioaficionado, has estado buscando en la onda corta y te encuentras esto. El ruido de fondo, la voz mecánica, todo tiene un aire irreal, se parece demasiado a una psicofonía. Una pausa, una música breve, una nueva secuencia de números sin sentido. Y luego nada más. ¿De dónde carajo ha salido eso?

El enigma recorre el espectro radioeléctrico mundial. Las emisiones se realizan desde rangos de frecuencias no habituales. Los números son recitados, con voz mecánica o natural, en multitud de idiomas (inglés, alemán, ruso, español, chino…). La mayoría de las voces son femeninas, pero también recitan hombres, incluso niños.  A veces recitan palabras, o letras en el alfabeto fonético internacional (alpha, bravo, charlie, foxtrot, etc). En ocasiones empiezan con una breve melodía, o cualquier otra señal de inicio, como la palabra “Atención”. Algunas están en silencio durante todo el día y transmiten a las horas en punto, o a las medias. Otras transmiten aleatoriamente.

Son emisoras fantasma, no se sabe donde están, ni quien emite. Nadie reconoce su existencia, simplemente están ahí, sin explicación.  Ante tan poca información se les ha dado un nombre casi de prestado, que refleja bien el espíritu del asunto: emisoras de números. Se les conoce por algún rasgo distintivo. Lincolnshire Poacher  por el nombre de la canción inglesa que suena antes de que empiecen las secuencias numéricas, Magnetic Fields por lo mismo, esta vez una canción de Jarre. La emisora en español “Atención” porque es la palabra de alerta antes del inicio de la secuencia de números. Todo son especulaciones, ninguna respuesta. Un enigma inquietante.

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Lo explicación lógica es que mediante esas combinaciones de números, de palabras, o de ambas cosas, se lanzan mensajes cifrados. Eso responde al para qué. Pero ¿quién?  Sobre su origen hay teorías para todos los gustos. Hay quien dice que pueden ser emisoras usadas por narcotraficantes para lanzar mensajes. Pero la potencia de sus emisiones y que sigan operando sin una explicación oficial hace que la teoría más razonable sea que son servicios secretos de los estados para pasar información y órdenes a sus agentes en el extranjero.

Empezó en la Primera Guerra Mundial

Ya en la Primera Guerra Mundial se usó la radio para transmitir mensajes numéricos, siendo una de las primeras emisiones de radio que se conocen.  En la Segunda Guerra Mundial fueron usadas por casi todos los contendientes, muy profusamente por los rusos. Aunque la historia y a las películas dieron celebridad a los “mensajes personales” de la BBC desde Londres. Del tipo “La tía Henrietta ha llegado bien a Nueva York” o “Mañana celebraremos el bautizo de John”. O el histórico anuncio a la resistencia francesa del desembarco en Normandía con los versos de la “Canción de otoño” de Verlaine : “Les sanglots longs des violons de l’automne / blessent  mon cœur d’une langueur monotone“.

Después de la Segunda Guerra Mundial, en plena Guerra Fría, las emisiones de números alcanzan su momento de esplendor. Luego irá decayendo en los 70 y 80, aunque quienes  se ocupan de monitorizarlas  advirtieron un repunte de las mismas en los años 90. Durante el golpe de estado frustrado  de 1991 en la URSS se detectó un aumento considerable. La llegada de Internet no ha supuesto el fin de las emisoras de números: a veces tecnologías antiguas pueden ser tan o más prácticas que el último modelo. Que se lo digan al lápiz y el boli en el espacio, esa célebre leyenda urbana con moraleja real.

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La radio es un medio muy eficaz de comunicación. No conoce fronteras y permite la comunicación con agentes en cualquier parte del mundo, solo necesitan un receptor y una clave. Se estima que los agentes receptores utilizan lo que se llaman libretas de un solo uso, lo que interpreto (no acabo de entender el asunto, soy de letras) que les permite descifrar un código infranqueable para escuchas indiscretas, ya que no hay patrón.

A pesar de no tener certezas, algunas indiscreciones apuntan a la veracidad de la historia sobre los servicios secretos. La emisora Lincolnshire Poacher ha sido rastreada hasta una base británica en Chipre, con lo que se considera que opera para el MI6. En 1998 el diario Daily Telegraph cita una fuente del ministerio de Industria inglés que  supuestamente reconoce que “Éstas son lo que ustedes creen que son.La gente no debería desconcertarse por ellas. No son, digamos, para uso público”.

El caso más sonado ha sido el de una emisora en castellano, la conocida como “Atención”.  Una corte federal de los Estados Unidos la identificó como una radio cubana desde la que se emitían mensajes a cinco de sus espías capturados en 1998. Según el FBI, que sostenía que había encontrado los códigos para traducir los mensajes, desde dicha emisora se les informó de que “bajo ninguna circunstancia deben German ni Castor volar con BTTR u otra organización en los días 24,25,26 y 27″. La siglas BTTR pertenecen a la anticastrista ‘Hermanos al Rescate’ y en los días que se mencionaban cazas cubanos derribaron algunos de sus aviones. Aunque en la guerra de espionaje entre Estados Unidos y Cuba hay que ser muy cauto para creer a cualquiera de los dos bandos. En todo caso, “Atención” ha sido el único caso en que una de estas emisoras ha sido protagonista de un juicio y de cierta atención mediática.

Han transmitido  y siguen operando entre sombras. Siguen siendo útiles. Por un lado es muy difícil interpretar mensajes codificados para una sola persona. Por otro, su carácter aleatorio, no emiten a horas fijas, hacen muy difícil incluso interceptarlas. También se dice que existe cierto “pacto entre caballeros” para permitir al enemigo emitir mientras no intente sabotear las emisiones propias. Esto último me cuesta creerlo, ese tipo de pactos no casan mucho con la propia labor de espionaje, que se basa justamente en lo contrario. Pero ¿quién sabe?

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Yo, que soy un romántico, sigo prefiriendo la emisiones cifradas al estilo “mensajes personales” de la BBC. Donde esté un evocador “Tía Mildred sale de Londres con el regalo que te prometió”, que se quite una ristra de números. Pero he de reconocer que los de los números parece más seguro. También más inquietante. En ocasiones más que inquietante: escuchen a esta niña de la emisora conocida como “Rapsodia Sueca”. Pero procuren no estar solos en casa con la luz apagada.

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Acojona ¿verdad?


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