Caminando sobre el fuego en China. Impresionantes fotografías

Existe una ancestral, y desconocida, tradición en China según la cual, caminando sobre el fuego se prevén males para el alma y desastres naturales.
Algunos de los chinos que se muestran en estas fotografías están dispuestos a arriesgarse a sufrir graves lesiones por seguir dicha tradición, en la que creen profundamente.

¿Vale la pena? Este hombre chino corre sobre las ascuas con mucha fe.

Sin miedo. En China algunos creen que corriendo sobre las llamas se prevén desastres naturales.

Rodeado por las llamas. Este hombre aparece cubierto por el fuego en Panam, China.
Según la creencia, los que caminan por las llamas no sólo demuestran su valor, además obtienen un beneficio espiritual, lo que se traduce en buena suerte para ellos y sus familias.
Además, el beneficio del ritual se extiende sobre toda la comunidad, lo que protegerá el territorio circundante y a sus habitantes.
Por lo tanto, se piensa que a pesar de las lesiones que se puedan producir por estar en contacto con el fuego, los beneficios obtenidos tanto para ellos como para toda la comunidad, merecen la pena.
Sin embargo, como era de esperar, se ha demostrado que todo está en la mente. Controlando la fuerza mental, cualquiera sería capaz de caminar sobre las brasas sin sufrir graves lesiones.

Una montaña de carbón ardiendo espera a los temerarios nativos de Panan, China, que andarán sobre ella.

Sin miedo. Un participante empieza el ritual de andar sobre el fuego.

Los pies de este hombre parecen estar ardiendo, pero su mente y su fuerza interior no le hacen sentir dolor.
Como demuestran estas fotografías, no se trata de una simple fogata. Una inmensa montaña de carbón ardiendo espera a los valientes participantes, que andan sobre el fuego como si no les afectara.

¿Misión imposible? No para él. La inmensa pira de carbón ardiendo no lo detiene.

Espectacular. Una multitud se desplaza a Panan, China, para contemplar el espectáculo.
Si tiene pensado realizar una visita o hacer turismo por China, sin duda un viaje a Panan para contemplar esta demostración de fe sobre el fuego, merecería la pena.