Revista Cine

Bonsái, Chile 2011

Publicado el 14 diciembre 2011 por Cineinvisible @cineinvisib

“Al final de la película, Emilia muere y Julio se queda solo”. Antes de provocar la sublevación de los lectores y el asesinato de este pobre transmisor de imágenes, justifico este inicio de artículo basándome en la misma audacia que utiliza el director de esta segunda película, Cristian Jiménez. Son las primeras palabras que escuchamos de esta historia, voz en off, creando un intenso sentimiento asesino en el espectador (es para matarlo, ¿cómo me puede destripar así la peli?, de verdad, lo mato…).

Bonsái, Chile 2011

Y sin embargo, estos tres primeros segundos son tan sorprendentes, justos  y equilibrados como el resto de la película. Para alguien como Julio, el protagonista que ha hecho de la mentira una forma de vida, queda la esperanza de que también la afirmación inicial se trate de otra mentira más. Al fin y al cabo y posiblemente por un sentido de contradicción, el público detesta el final feliz cuando es previsible y lo adora cuando surge de manera inesperada pero bien justificada.

Bonsái, Chile 2011

No se trata de un proceso patológico o perverso sino de una metodología que pretende una defensa personal. Julio, encarnado por el actor Daniel Noguera que se pega a su personalidad como si fuera su vida en ello, miente para poder despertar interés en las personas que le rodean y, así, vencer su natural timidez e inexistente autoestima. En realidad sus piadosas mentiras comienzan cuando en la facultad el catedrático pregunta quién ha leído a Proust. Un inesperado impulso le hace levantar la mano y comprarse de inmediato los siete tomos de En busca del tiempo perdido para su urgente lectura en la playa: actividad que le dejará marcado (solamente por descubrir de qué manera, la película merece la pena). Pero además esta insignificante mentira le proporciona su primera aventura amorosa.

Bonsái, Chile 2011

Ocho años después Julio sigue mintiendo para hacerse más interesante frente a su nueva conquista amorosa, su vecina de enfrente. De nuevo una verdad a medias le impulsa a lanzarse a la escritura y crear una novela que se supone que, en realidad, sólo está transcribiendo. Entre su amor del pasado y su relación actual, interpretadas por dos actrices como la copa de un pino, Natalia Galgani y Gabriela Arancibia, flotarán en el presente de un protagonista que añorándolo vuelve a ver al pasado cruzarse en su camino.

Bonsái, Chile 2011

Magistralmente adaptada de la novela corta de Alejandro Zambra, la película tiene el encanto de un trabajo exquisito, bien filmado y mejor interpretado, lleno de poesía, sentido del humor, capacidad de derrisión e ironía y que confirma que una pequeña historia se engrandece en las manos de directores con tanto talento como Cristian Jiménez. Tras este excelente bonsái queremos ver cuanto antes un árbol de tamaño natural.


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